La Venus de Willendorf, una de las piezas más famosas de la escultura prehistórica, fue esculpida en piedra caliza oolítica y es una de las tres figuras de este tipo desenterradas en los yacimientos arqueológicos paleolíticos de Willendorf (Austria).
Los yacimientos han proporcionado numerosos objetos que datan de la cultura Gravetiense (26-20.000 a.C.). La Venus de Willendorf es una de las muchas tallas femeninas similares —conocidas como «Estatuillas de Venus»— que aparecieron en toda Europa durante el periodo del arte Gravetiense (alrededor de 25-20.000 a.C.).
También existe su «hermana» austriaca más antigua, encontrada en la cercana Stratzing, y conocida como la Venus de Galgenberg (alrededor de 30.000 a.C.).
Otros ejemplos similares de arte prehistórico son: la talla alemana conocida como la Venus de Hohle Fels (35.500 a.C.), la Venus de Monpazier (alrededor de 25.000 a.C.) y la Venus Francesa de Brassempouy (alrededor de 23.000 a.C.).
¿Qué es la Venus de Willendorf?
La Venus de Willendorf, también conocida por el título más políticamente correcto de la Mujer de Willendorf, es una de las esculturas prehistóricas más antiguas con rasgos femeninos exagerados que se conservan hasta la actualidad.
Está tallada en piedra caliza oolítica que no es característica de la región austriaca en la que se encontró, por lo que los estudiosos concluyen que probablemente fue llevada al lugar por una comunidad nómada.
Descubrimiento
La talla fue descubierta en 1908 por el arqueólogo austriaco Josef Szombathy durante las investigaciones sistemáticas de los asentamientos Gravetienses locales en la Baja Austria, cerca de Krems.
Descripción y Características de la Venus de Willendorf
La figura mide aproximadamente 11 centímetros de altura y un máximo de 4 centímetros de anchura. Esculpida en piedra caliza amarillenta, teñida de rojo por restos de ocre, la rechoncha figura femenina presenta unos pechos colgantes, un vientre obesos y unas nalgas pronunciadas. En definitiva, una representación realista de una mujer con sobrepeso severo.
No hay detalles faciales —la cabeza está casi completamente cubierta por un trenzado— y los pies parecen estar rotos, mientras que el ombligo y la vulva están claramente definidos.
Datación
La escultura de Venus de Willendorf ha sido clasificada como perteneciente a la cultura Gravetiense o Perigordiana Superior del Paleolítico Superior —el último periodo de la antigua Edad de Piedra— y datada aproximadamente en el año 25.000 a.C. Forma parte de la colección permanente de arte rupestre del Museo de Historia Natural de Viena.
Interpretación
Lo que hace que la estatuilla de Willendof sea tan convincente es su representación gráfica de la obesidad. Uno tiene la sensación de que, a pesar de la escasez de alimentos y de la improbable prevalencia de mujeres con sobrepeso, el escultor debió de trabajar a partir de un modelo. De ser así, esta «celebración» de lo que habría sido una rara corpulencia, podría ser un factor de interpretación de la obra. En otras palabras, esa forma del cuerpo podría haber sido digna de ser ritualizada.
El hecho de que no se hayan desenterrado figuras masculinas equivalentes no tiene por qué socavar esta teoría. En primer lugar, porque se han descubierto pocas figuras masculinas de la Edad de Piedra de cualquier tipo, y en segundo lugar, porque los cuerpos femeninos han sido tradicionalmente santificados como símbolos de fertilidad, no muy diferentes de la Virgen María del Cristianismo moderno.
Significado de la Venus de Willendorf
A falta de escritura, los historiadores del arte se basan en los propios objetos para conocer a los pueblos antiguos. La forma de la Venus de Willendorf -es decir, su aspecto- puede informar muy bien sobre su significado original.
Los elementos más llamativos de su anatomía son los que tienen que ver con el proceso de reproducción y crianza de los hijos. El artista puso especial cuidado en resaltar sus pechos, lo que, según algunos estudiosos, indica que puede amamantar a un niño.
El artista también prestó una atención deliberada a su región púbica. En algunas partes de la figura aún se pueden ver restos de un pigmento —ocre rojo—.
En cambio, el escultor prestó escasa atención a las partes no reproductivas de su cuerpo. Esto se nota especialmente en las extremidades de la figura, donde se hace poco hincapié en la musculatura o en la precisión anatómica.
Por el pequeño tamaño de sus pies, podemos deducir que no estaba pensada para estar de pie, sino para ser transportada o acostada.
El artista esculpió la parte superior de los brazos de la figura a lo largo de la parte superior del torso, y la parte inferior de los brazos apenas se ve apoyada en la parte superior de los pechos. Tan enigmática como la falta de atención a sus extremidades es la ausencia de atención al rostro. No hay ojos, nariz, orejas ni boca visibles.
En cambio, nuestra atención se centra en siete bandas horizontales que envuelven en círculos concéntricos la coronilla. Algunos estudiosos han sugerido que su cabeza está oculta por un gorro, otros sugieren que estas formas pueden representar el pelo trenzado y que su cara, quizás una vez pintada, está inclinada hacia abajo.
Si el rostro estaba oculto a propósito, el escultor del Paleolítico puede haber creado, no un retrato de una persona concreta, sino una representación de los aspectos reproductivos y de crianza de una mujer. En combinación con el énfasis en los pechos y la zona púbica, parece probable que la Venus de Willendorf tuviera una función relacionada con la fertilidad.
Otras Estatuillas de Venus
La Venus de Willendorf fue creada en la misma época que otras famosas estatuillas de la Edad de Piedra, como la Venus en Bajorrelieve de Laussel (Francia), la Venus de Cerámica de Dolni Vestonice (República Checa), la Venus de Marfil de Lespugue (Francia) la Venus de Esteatita de Savignano (Italia), la Venus de Piedra de Gagarino (Rusia), así como las estatuillas rusas de marfil, conocidas como las Venus de Avdeevo, la Venus de Kostenky, la Venus de Mal’ta y la Venus de Zaraysk.
Obsérvese que estas estatuillas de Venus del Paleolítico Superior no están relacionadas con las dos efigies humanoides anteriores —la Venus de Berekhat Ram y la Venus de Tan-Tan— que se remontan al periodo Achelense (al menos 500.000 a.C.).